sábado, 25 de octubre de 2014

EL REGRESO DE LA VIRGEN.



"...25 de octubre de 1936, la ciudad de La Palma vibró de entusiasmo, de fe, de emoción. Era que volvía su Patrona, la Santísima Virgen del Valle. Y volvía, aunque el fuego destruyera su preciosa Imagen en aquella madrugada de aquelarre. Volvía porque el corazón y la generosidad del palmerino insigne, del benefactor constante que lleva La Palma en su título de Vizconde, Don Ignacio de Cepeda, se unieron al arte y la inspiración del escultor Sebastián Santos que ha reproducido la Imagen con tal fidelidad que no parecía una nueva… sino que volvía la antigua.
Por eso La Palma, que tanto venera a la Virgen del Valle, acogió su vuelta con tan delirante entusiasmo. ¡Qué recibimiento tan hermoso! ¡Qué vítores tan entusiastas, qué aplausos tan prolongados y cuánto fervor en todos cuando se hacía un alto para rezar una salve!
Jamás hemos visto a La Palma tan vistosa, tan ricamente engalanada como ayer. Y era que volvía la Madre, y volvía precisamente en un día el más señalado para Ella: el día de la Realeza Universal de su Divino Hijo. Así La Palma celebra, a una, la vuelta de la Madre y el día del Hijo. 
Todas las calles lucían adornos extraordinarios, bellísimos. Unas semejaban palios multicolores, otras con arcos y columnas de maravillosas filigranas, muchas con ese estilo tan nuestro, tan alegre, tan andaluz, del farolillo y la policromía; y todas con abundante derroche de luz que en alarde extraordinario siluetaba fachadas, adornos y salientes de muchas casas; y enseñas y banderas ocupando lugares preeminentes…
Describir el paso de la procesión por las calles es imposible porque imposible es describir el entusiasmo de un pueblo que -henchido de fe- vitorea, aplaude y aclama con frenesí a su Patrona venerada. 
Allí se encendió el entusiasmo delirante de la multitud que, desde las tres de la tarde hasta después de las once de la noche, acompañó a la venerada Imagen en su triunfal recorrido por todas las calles de la población. 
Bien por La Palma, que recibimiento y tan hermoso desagravio ha sabido hacer a su Madre y Patrona la Santísima Virgen del Valle.”

Crónica publicada en el Periódico “La Provincia” (31 de octubre de 1936).