viernes, 17 de agosto de 2012

PALABRAS DEL SR. PRESIDENTE DE LA HERMANDAD EN LA FUNCIÓN PRINCIPAL DE INSTITUTO - 15/08/2012


Cuando el Papa Pio XII, desde el atrio exterior de la Basílica de San Pedro del Vaticano, declaró el Dogma de la Asunción Gloriosa de Nuestra Señora a los Cielos, el 1º de Noviembre de 1.950, una muchedumbre de más de un millón de personas levantó un grito unánime de entusiasmada alegría. Casi Dos mil años llevaba la Iglesia venerando y poniendo por intercesora a la Santísima Virgen María, y más de un siglo de solicitudes ante la Santa Sede para la Promulgación de esta Bula.

Este día, que llamamos en todos los rincones de nuestra querida España, el de la Virgen, es el día del Triunfo de María, el día en el que nació como estamos llamados todos para la vida nueva, la eterna, la que nadie ya nos podrá arrebatar.

Y el pueblo clama esta promulgación porque María es el Baluarte de nuestra Raza, el espejo para aquellos que deseamos salvarnos. Desde el admirable espíritu de amor al Dios de Israel, el de Abraham, Isaac y Jacob, hasta su predisponibilidad para servirle, María es hito de Esperanza, para todos por muy débiles, pobres, desvalidos que seamos, ella nos erige en proyecto importante para Dios.

La más humilde de las siervas conocedora del plan salvador de Dios, proclama la grandeza que el altísimo ha realizado con ella, “Desde ahora me felicitaran todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi;” (Lc 1, 48-49)

El triunfo de María es el de la humanidad completa, María ha demostrado que para “Dios nada hay imposible” (Lc 1, 37), por ello es un grito de esperanza para los más necesitados, la esclava del Señor se erige en Reina, Coronada de todo lo creado.

Nosotros nos postramos aquí a sus plantas, como lo han hecho generaciones de palmerinos, pues sabemos que al igual que lo hizo con nuestros ascendientes, ella nos escucha e intercede por nosotros, como “Patrona ante Dios de la Ciudad de La Palma del Condado”. (Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, Prot. 2074/99/L)

Llena de gracia, muéstranos al fruto bendito de tu vientre, a este pueblo en los tiempos de crisis, de carencias, de desesperanzas, y cuando lo veamos y creamos nuestra vida mundana se convertirá en una vida fértil, productiva, en una vida en la solidaridad, en la caridad, en la entrega. Como dijo el anciano Simeón “porque mis ojos han visto la salvación,… luz para iluminar a las naciones” (Lc 2, 30,32),

Hoy cumplimos de nuevo el Voto de nuestros antepasados, y también prolongamos aun la alegría de la Coronación de nuestra Reina. Por ello dentro de la Eucaristía se procederá a la lectura y entrega a nuestro Excmo. Sr. Alcalde de la Instancia, por la cual se le solicita a nuestra máxima autoridad local, la incorporación del título de “Mariana Ciudad” al escudo y blasón de La Palma del Condado. Así como en los albores de esta Función Principal, descubriremos un hito en bronce, que recuerda el lugar de la Coronación Canónica de Nuestra Señora del Valle.

Recordemos las palabras del Sr. Obispo “¡Vosotros debéis ser esa preciosa corona que rodee siempre las sienes de nuestra queridísima Madre! La fiesta de la Coronación nos hace tomar conciencia de que la mayor corona somos nosotros mismos.” (Homilía de la Pontifical de Coronación Canónica, 23/10/2011)

Santa María del Valle Coronada, Ruega por nosotros.