Se despertaba un magnífico 7 de abril.
El sol asomaba entre las rosáceas nubes que habitaban un inmenso cielo celeste.
Desde bien temprano, Grupo Joven y Junta de Gobierno al completo, íbamos
apareciendo por la gran Plaza de España. Nos esperaba nuestro gran reto:
realizar el mayor mosaico del mundo, con monedas en curso legal y como no, para
ello, nos embaucamos en la tarea de que fuese nuestra Virgen del Valle el eje
principal del mismo.
A penas habíamos colocado nuestro dibujo
con la silueta de la Patrona en el suelo de la plaza, cuando ya algún que otro
palmerino curioso merodeaba los alrededores para contemplar nuestro trabajo.
En nuestros rostros y en los de las
personas que por allí asomaban, se podía notar una mezcla de entre emoción y
curiosidad.
Aquellas sonrosadas nubes iban
difuminándose para dar paso al brillo de un gran sol, un sol lleno de juventud
y alegría que acaparaba todo el pueblo de La Palma. Sus rayos se iban
reflejando en las primeras monedas, colocadas por las manos de nuestro alcalde,
sobre aquel gran lienzo blanco.
Se aproximaba el meridiano del día y aún
nuestra ardua tarea no nos agasajaba con su fruto. Nuestra alegría, emoción,
curiosidad y esperanza se tornaba, daba un giro de casi 360º y se convertía en
agobio, intranquilidad, nerviosismos, inquietud. Y con todo ello las caras de
preocupación de nuestros paisanos palmerinos, que tanto nos habían ayudado y
que aún seguían haciéndolo.
Pasada la línea media del día parecía
como si nuestras manos se multiplicasen y nuestros dedos cobrasen vida propia.
Escuchábamos los valientes ánimos de los curiosos que por allí se habían
asentado, dándonos palabras de ánimo. El pueblo entero quería conseguir, junto
a nosotros, el gran Record.
“¡Ánimo, ya queda poco!”, ¡vosotros
podéis valientes!”… eran las palabras que más oíamos, palabras de aquellas
personas que tanto aportaron para que Ntra. Sra. del Valle y el pueblo de La
Palma del Condado fuese conocido mundialmente.
La tarde caía, el sol se escondía y daba
paso a un gran cielo anaranjado. Aquel color le daba una belleza especial a
nuestro mosaico, del que ya parecía quedar poco para que quedase culminado por
completo.
El reloj marcaba las 20:30 horas de la
tarde, en tan solo media hora se acabaría el tiempo establecido para conseguir
el Record Guinness. A penas faltaba un pequeño trozo del mosaico por rellenar
de monedas cuando tuvimos que volver a buscar la ayuda de todo aquel palmerino
que allí estaba, impaciente y nervioso por ver terminado el reto. Sin dudarlo,
una vez más, nuestro querido pueblo nos tendió su mano.
Cuando el reloj de nuestra esbelta
parroquia tan solo marcaba las 20:45 horas de la tarde-noche, la última moneda
iba a ser depositada sobre el gran lienzo, que ya se había tornado dorado y
cobrizo. Nuestro gran reto había llegado
a su fin. En el cielo se oían cohetes, se divisaban fuegos de colores y un gran
sonido de palmas se escuchaba de fondo. ¡Todos habíamos conseguido lo que tanto deseábamos! ¡Ntra.
Sra. del Valle y La Palma del Condado sería lo más escuchado posteriormente y
todo gracias a nuestro maravilloso pueblo!
Desde estas líneas, el grupo joven de la
Hermandad de Nuestra Señora del Valle Coronada, quiere dar sus más sinceras
gracias a todo el pueblo de La Palma del Condado, a todo aquel que, orgulloso,
depositaba sus monedas anteriormente en huchas o allí mismo, aquel gran día 7
de abril de 2013. ¡GRACIAS!